Día de la Tierra: 22 de abril

Cada año, el 22 de abril, alrededor de mil millones de personas de más de 190 países se unen para crear conciencia sobre la crisis climática y promover cambios en nuestro comportamiento capaces de proteger al medioambiente.

Hace casi 54 años, el 22 de abril de 1970, millones de personas salieron a las calles a lo largo de Estados Unidos, dando voz a una conciencia emergente sobre el impacto de la humanidad en nuestro planeta.

A partir de entonces, a medida que la población humana se ha duplicado, la deforestación ha aumentado en 3 millones de kilómetros cuadrados (un área aproximadamente comparable al tamaño de la India). Esta tala se ha producido mayormente en regiones tropicales, con casi el 20% de los bosques amazónicos perdidos durante el último medio siglo y la mitad de los bosques tropicales del mundo perdidos a nivel global.

Gran parte de esta deforestación es atribuible a la conversión de tierras para la agricultura. Al mismo tiempo, veranos cada vez más calurosos e inviernos templados han provocado una mayor susceptibilidad de los bosques a incendios y plagas.

El Impacto de Nuestra Comida

Los cambios en el uso de la tierra durante el último medio siglo han impactado significativamente los ecosistemas, los ciclos biogeoquímicos, la biodiversidad y el clima. La superficie usada para irrigación se ha duplicado desde la década de 1960 y casi el 70% del agua dulce se destina a la agricultura. Durante este mismo período, el uso mundial de fertilizantes se cuadruplicó. Más recientemente, tan sólo entre 2007 y 2016, la tala de bosques y pastizales representó casi una cuarta parte de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero.

Todo lo anterior nos ha llevado a una crisis de pérdida de la biodiversidad a nivel mundial. Se estima que las tasas actuales de extinción de especies son entre 1,000 y 10,000 veces superiores a los niveles naturales. En Norteamérica, el número total de aves ha disminuido aproximadamente un 30% desde 1970, es decir aproximadamente 3 mil millones de aves menos. Recientemente, un informe de la ONU concluyó que hasta 1 millón de especies en todo el mundo están ahora en riesgo de extinción.

El Costo del Desperdicio

En general, los alimentos se pierden o desperdician aproximadamente al mismo ritmo: según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), cada año se pierde o desperdicia un tercio de los alimentos comestibles producidos para consumo humano. La FAO también estima que la pérdida y el desperdicio de alimentos representan el 8.2 por ciento del total de las emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por el hombre.

La distribución es otro desafío intrínsecamente relacionado. A pesar de que en 2013 el mundo ya producía un promedio de 2,884 kcal diarias por persona (lo que es más que suficiente para satisfacer las necesidades básicas de cada persona), estas calorías no se distribuyen equitativamente en todo el planeta, dejando a cientos de millones de personas desnutridas o con malnutrición.

“A nivel mundial, si el desperdicio de alimentos pudiera representarse como su propio país, sería el tercer mayor emisor de gases de efecto invernadero, detrás de China y Estados Unidos”

United Nations Environment

El Camino Hacia Adelante

Las sociedades humanas han comenzado a adaptarse e innovar, buscando enfoques para mitigar los peores resultados ambientales y sociales posibles. Nuevos enfoques regulatorios e importantes iniciativas del sector privado apuntan a un paradigma sostenible capaz de abordar el cambio climático y otras amenazas ambientales.

En este sentido, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU también proporcionan un marco de acción. Los ODS reconocen, primero, que la pobreza, la desigualdad y la injusticia pueden ser impulsores de la degradación ambiental y, segundo, que los impactos humanos de esta degradación recaen desproporcionadamente sobre los ciudadanos más pobres del mundo.

En cuanto a la sostenibilidad del enorme impacto que tiene nuestro sistema alimentario, la banca de alimentos no sólo es una intervención única para aliviar el hambre. Funciona como vínculo que encara la inseguridad alimentaria y la pérdida y el desperdicio de alimentos. Los objetivos de Alimento Para Todos están estrechamente relacionados con el ODS 2: Hambre Cero y el Objetivo 12: Consumo y Producción Responsables, sin embargo, el impacto de la institución también propone alcances importantes en el desarrollo social a nivel comunitario.

Mediante el diseño de intervenciones que promueven la participación de todos los sectores, y especialmente este 22 de abril, reconocemos los enormes desafíos que persisten para defender al medioambiente y proponemos soluciones locales para mitigar el impacto de nuestro sistema alimentario.

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