En todo el país existe una crisis de salud cada vez más profunda, aunque frecuentemente oculta: la inseguridad alimentaria. A medida que millones de familias deben luchar por llegar a fin de mes, una enorme cantidad de personas se ven obligadas a elegir entre comidas saludables o alimentos suficientes para su supervivencia. Este fenómeno ha llevado a una inquietante intersección entre el hambre, la malnutrición y el aumento de las enfermedades crónicas, incluida la diabetes.
Con el propósito de conmemorar el Día Mundial de la Diabetes, valdría la pena comprender cómo se relaciona esta enfermedad con la inseguridad alimentaria, así como entender por qué abordar el hambre es crucial para promover la salud, la equidad y la dignidad.
Las causas diversas de la diabetes
En México contamos con una de las tasas más altas de diabetes en el mundo, y esta enfermedad afecta a más de doce millones de personas. Esto no es el mero resultado de una predisposición genérica sino que es también consecuencia de la dieta, el estilo de vida y los factores socioeconómicos de las personas. Es decir que las comunidades más vulnerables a la inseguridad alimentaria suelen ser las que mayor riesgo corren de desarrollar diabetes.
Cuando las personas no pueden permitirse adquirir alimentos nutritivos como frutas y verduras frescas, proteínas magras y cereales integrales, suelen recurrir a sustitutos más económicos, ricos en calorías y pobres en nutrientes; con un alto contenido de azúcares, grasas no saludables y carbohidratos refinados. Esta «Pobreza nutricional» contribuye al aumento de la obesidad y la diabetes tipo 2, contribuyendo a lo que la Organización Mundial de la Salud llama una -doble carga de malnutrición-, en la que tanto la desnutrición como la obesidad coexisten al interior de las mismas comunidades.
Invertir en seguridad alimentaria
En Alimento Para Todos creemos que el acceso a alimentos nutritivos es un derecho fundamental, no un privilegio. Es por esto que estamos comprometidos con abordar la inseguridad alimentaria mediante iniciativas como nuestro comedor comunitario «Una Comida Para Todos», en donde ofrecemos platillos elaborados equilibradamente, además de brindar recursos y conocimientos a nuestras comunidades para que puedan alimentarse sanamente.
Este 14 de noviembre y todos los días, subrayamos la importancia de no sólo llenar platos vacíos, sino también garantizar que los alimentos que proporcionamos puedan realmente nutrir y sostener a quienes los reciben. Creemos que invertir inseguridad alimentaria forma parte de un modelo económico inteligente; reducir las tasas de diabetes mediante una mejor nutrición y atención preventiva puede disminuir la presión sobre los sistemas de atención médica, mejorar la calidad de vida y mitigar la pobreza y la marginación.
A medida que seguimos trabajando por un futuro en el que todas las personas tengan acceso a alimentos nutritivos, merece la pena recordar que abordar la inseguridad alimentaria no es sólo cuestión de llenar estómagos vacíos, se trata reconocer la dignidad de los demás, fomentar la equidad y garantizar que todos tengan la oportunidad de una vida plena y sana. Estamos convencidos de que juntos: la sociedad civil, productores, comerciantes y el sector público podemos cambiar la realidad actuando con urgencia, compasión y compromiso.