El Valor de Compartir: Nuestro Impacto Social y Económico

Editorial

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By Redacción

En México se enfrentan dos problemáticas alarmantes: millones de personas sufren de inseguridad alimentaria, mientras que grandes cantidades de alimentos en buen estado se desperdician. Esta situación se agrava anualmente con la pérdida de más de 30 millones de toneladas de comida apta para el consumo. Frente a este dilema —producir alimentos que nunca llegan a quienes los necesitan—, la cooperación entre productores, empresas y bancos de alimentos se presenta como una solución estratégica para convertir los excedentes en soluciones tangibles.

La canalización los excedentes alimentarios hacia quienes más lo necesitan genera impactos sociales significativos. Redistribuir miles de toneladas de alimentos contribuye a disminuir la desnutrición y mejora las condiciones de vida en sectores desfavorecidos. Un ejemplo son los bancos de alimentos: su impacto llega a familias en situación vulnerable, incluidos niños, adultos mayores y personas desempleadas, asegurando una mejor nutrición. A nivel comunitario, los bancos de alimentos fortalecen las redes locales de apoyo al vincular productores, comerciantes y organizaciones civiles que, mediante estudios socio-nutricionales, identifican a los beneficiarios adecuados. Estas acciones, además de reducir la inseguridad alimentaria como lo reporta el CONEVAL, también disminuyen enfermedades ligadas a la mala alimentación y ayudan a que las familias destinen recursos a salud, educación y desarrollo.

Beneficios económicos de la colaboración con el sector productivo

Donar alimentos en lugar de desecharlos genera beneficios económicos, tanto directos como indirectos, para las empresas. En primer lugar, se reducen los costos asociados con el manejo de residuos orgánicos, como el transporte a rellenos sanitarios. En segundo lugar, existen incentivos fiscales: la ley mexicana permite deducir del Impuesto Sobre la Renta el total de los alimentos donados (hasta el 7% de los ingresos gravables) y, además, un 5% adicional si se trata de donativos alimentarios calificables. En tercer lugar, al integrar la logística de donación en su cadena de valor, las empresas pueden optimizar sus procesos, distribuyendo los productos antes de que pierdan calidad, lo que reduce la sobreproducción y el desperdicio. Este modelo de economía circular también mejora la eficiencia logística y permite generar créditos ambientales al evitar emisiones.

Nuestro impacto social

En la Ciudad de México, Alimento Para Todos representa un caso ejemplar de estas colaboraciones. En 2023, rescatamos 17,412 toneladas de alimentos gracias al apoyo de voluntarios y empresas locales. Ese mismo año, ampliamos nuestro alcance en el Valle de México, distribuyendo alimentos y artículos básicos en todas las alcaldías de la Zona Metropolitana y municipios conurbados. Esta red de apoyo permitió atender cada mes a 161,312 personas, lo que representó un aumento de más del 30% respecto al año anterior.

Como parte de nuestros programas clave, “Una Comida para Todos” ofrece una comida nutritiva diaria a cientos de trabajadores de la Central de Abasto, el mercado mayorista más grande del mundo. Este proyecto asegura que, sin importar el salario, cada trabajador reciba al menos un platillo caliente y balanceado. En nuestras instalaciones, también impulsamos proyectos innovadores para rescatar y transformar alimentos; por ejemplo, convertir lácteos y pan fresco en productos de mayor durabilidad como pan molido quesos.

En este sentido, hemos recibido reconocimientos de diversas entidades. Recientemente, se nos otorgó un premio de “Empresas Excepcionales” por nuestras estrategias para reducir el desperdicio. Además, figuras públicas como Alexis Omman han destacado nuestro trabajo, celebrando su impacto positivo en comunidades vulnerables. Además, el interés de los medios en soluciones como la nuestra ha incrementado y han explorado nuestro modelo y sus logros en medios y podcasts como “Tengo Muchas Preguntas Al Respecto”.

En resumen, los bancos de alimentos como Alimento Para Todos juegan un papel fundamental en la lucha contra el hambre en México. Sus acciones no solo alivian el hambre y combaten la malnutrición, sino que también mejoran la salud pública y permiten que las familias destinen recursos a su crecimiento. Al trabajar de la mano con empresas, no solo contribuimos a los ahorros económicos por reducción de desperdicios, sino que también fortalecemos el tejido social.

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